¿Qué es la lateralidad?
Premisas para el desarrollo de la lateralidad
Antes de que se desarrolle la lateralidad, hay algunas habilidades previas que son necesarias para poder consolidar la lateralidad. Estas habilidades incluyen:
1. Reconocimiento sensorial: Al principio, en la etapa infantil deben aprender a reconocer los sentidos y las sensaciones en el cuerpo. Esto les permite distinguir entre el lado izquierdo y derecho del cuerpo y comenzar a desarrollar un sentido de la lateralidad.
2. Coordinación motora gruesa: Se refiere a la capacidad de controlar los movimientos grandes del cuerpo, como caminar, correr, saltar y trepar. Sin una buena coordinación de los movimientos grandes, es difícil que los niños y las niñas puedan comenzar a desarrollar la lateralidad y la dominancia de la destreza fina de las manos y los dedos.
3. Coordinación ojo-mano: La coordinación ojo-mano es fundamental para el desarrollo de la lateralidad. En la etapa de la infancia se aprende a coordinar los movimientos de las manos y los dedos con lo que se está viendo, para realizar tareas precisas como el agarre y la soltura de objetos pequeños.
4. Destreza manual: La destreza manual se refiere a la capacidad de usar los dedos y las manos de manera precisa y coordinada. Antes de que un niño pueda desarrollar la lateralidad, debe tener una buena destreza manual para poder realizar tareas finas y precisas.
5. Control de postura y equilibrio: La postura y el equilibrio son esenciales para el desarrollo de la lateralidad. Para habilitar la lateralidad se debe ser capaz de mantener una postura adecuada y equilibrada para poder coordinar los movimientos de manos y dedos con precisión.
Todas estas habilidades previas son importantes para que el desarrollo o recuperación de la lateralidad y lograr una coordinación motora fina y precisa. Es importante que cuidadores, profesionales, padres, madres y educadores proporcionen actividades y herramientas para desarrollar estas habilidades para una evolución integral y que la persona interesada se motive mucho ya que será a base de ensayo y error que toda esta información compleja se vaya integrando y consolidando.
Desarrollo de la lateralidad
La lateralidad se desarrolla en la infancia, especialmente durante los primeros años de vida. Lo más habitual es que a los tres años haya aparecido una dominancia que se muestra en la preferencia que tiene el niño o la niña de utilizar una mano sobre otra en actividades. Asimismo, habrá un porcentaje de preseescolares que seguirán experimentando e utilizando las dos mano de forma indistinta y no consolidarán una dominancia hasta más adelante.
Actualmente, las exigencias del sistema educativo exige la maduración precoz de este proceso cognitivo para lograr el éxito a la vez que reconoce que hasta los 7 años esta dominancia no tiene porque aparecer. Por tanto, este porcentaje de niños y niñas se quedan desatendidos en cuanto a sus necesidades de estimulación en preescolar y malentendidos en primaria. Este grupo necesita trabajar mucho más sus habilidades motoras gruesas pero en el entorno de la escuela generalmente se prioriza trabajar habilidades de motricidad fina y habilidades cognitivas.
Hoy en día sabemos que los procesos cognitivos relacionados con la lateralidad son complejos y se dan en varias etapas: primero, hay una lateralización de los sentidos, en la que se identifica qué oído, ojo o mano se utiliza con mayor frecuencia. Luego, durante la etapa preescolar, hay una tendencia a usar un lado del cuerpo sobre el otro para actividades específicas. Finalmente, en la adolescencia, se consolida la lateralidad.
Impacto de la lateralidad en nuestras actividades diarias
La lateralidad influye en gran medida en nuestras actividades diarias, puede afectar al rendimiento académico o laboral. Por ejemplo, si una persona es zurda y siempre utiliza un pupitre diseñado para diestros, puede experimentar molestias y fatiga en el brazo, lo que puede afectar su capacidad para tomar notas o escribir. También afecta en actividades más allá de la escritura, como deportes en los que se necesita el uso de ambas manos, como el tenis, o actividades que requieren habilidades manuales precisas, como la costura.
Alteraciones patológicas de la lateralidad
Hay casos en que la lateralidad puede ser alterada por una patología específica, como en el caso del síndrome de la mano ajena, un trastorno en el que una mano actúa involuntariamente sin el control consciente de la persona. Otros también relacionados con el sistema nervioso central son el daño cerebral. Asimismo, los problemas de lateralidad se encuentran en trastornos del neurodesarrollo como TEA, dislexia entre otros y también retrasos madurativos del sistema nervioso.
Cómo trabajar la lateralidad
«El uso combinado de rehabilitación física y reconocimiento de la lateralidad a través de tareas de imaginería motora implícita mejora el equilibrio y las funciones relacionadas con el control postural en pacientes con ictus subagudo.»
Si la lateralidad está bien desarrollada, puede mejorar el rendimiento académico y laboral. Para mejorar la lateralidad se pueden realizar ejercicios específicos de entrenamiento, como actividades que trabajan la coordinación o la destreza manual, y también se puede prestar atención a la postura y la ergonomía.
Estas son solo algunas de las muchas actividades que pueden ayudar a mejorar la lateralidad. Lo importante es elegir actividades que te diviertan y disfrutes haciendo para que pueda ser un trabajo significativo y placentero.