La integración visomotora es el proceso neural de la información visual con el fin de planificar, ejecutar y controlar acciones. Es una habilidad que parte de un proceso mucho más general de integración sensoriomotora, es decir, la utilización de todos los sentidos, en particular el sentido espacial de la visión, tacto y audición, para la planificación y control de las acciones motoras. Los primates, particularmente los humanos, dependen en gran medida del sentido de la visión, tanto es así que se estima que, el procesamiento visual ocupa aproximadamente un tercio de la corteza cerebral. Por lo tanto, la visión es el sentido que más guía las acciones motoras.

El desarrollo de la integración visomotora

El desarrollo de la integración visomotora es compleja ya que, se basa en el desarrollo de muchas otras habilidades, en múltiples sistemas, como el sistema visual, motor y de atención, los cuales son fundamentales en este proceso. Más tarde, estas habilidades que parecen dispares se van integrando y van conformando lo que es la integración visomotora. La integración visomotora se hace evidente en nuestra capacidad de coordinación oculo-manual, en la adquisición de lectoescritura y en actividades. 

  • El sistema visual

Después de nacer, el sistema visual se somete a un proceso de maduración continuo que involucra el globo ocular, las vías y redes neuronales de áreas corticales. En edades muy tempranas las retinas, todavía inmaduras, son aceleradas por la fóvea y mácula, las vías ópticas están parcialmente mielinizadas y la corteza visual es todavía rudimentaria . Poco a poco, se van produciendo muchos cambios anatómicos en relación con el proceso de la visualización, como el incremento de densidad de conos céntricos y segmentos fotoreceptivos elongadas, los cuales se desarrollan lentamente hasta los 7 años.

    El procesamiento visual puede ser disociado según sean para guiar acciones motoras o para realizar actividades perceptivas como reconocer objetos. Estas dos informaciones parten del lóbulo occipital y se separan en dos, la vía dorsal o “vía qué” siendo para la información que contiene aspectos relacionados con la guía de acciones motoras, que llega a la corteza parietal, y la vía ventral o “vía dónde” para la información visual perceptiva, que alcanza a la corteza temporal.

    Imagen del blog Sinapsis publicado por Antonio Orbe, La lectura. El área visual de formación de palabras (VWFA), el sistema ventral, el dorsal y el Braille

    La vía dorsal está involucrada con el procesamiento de la ubicación espacial del objeto en relación con el espectador y con la repetición del habla. La vía ventral está involucrado con la identificación y reconocimiento de objetos y estímulos visuales.

    • El sistema motor

    El movimiento representa una parte muy importante de la actividad en el curso de los primeros años, especialmente en los cambios de postura y de desplazamiento. Comúnmente, el movimiento se divide en motricidad gruesa y en motricidad fina.

    La motricidad gruesa es la capacidad para mover los músculos del cuerpo de forma coordinada y mantener el equilibrio, además de la agilidad, fuerza y velocidad necesaria en cada situación. La evolución del área motora sigue tres leyes psicofisiológicas fundamentales: céfalo-caudal, próximo-distal, flexión-extensión. Esta generalmente aceptado* que, el desarrollo motor se asentará sobre la motricidad gruesa y posteriormente se desarrollará la motricidad fina.

    La motricidad fina es la capacidad de disociar músculos para moverse de una forma coordinada y con destreza. La motricidad fina se observa en actividades manipulativas como pintar, insertar una moneda en una hucha, recoger objetos pequeños. Se puede decir que, la maduración de los movimientos de prensión se realiza controlando primero los músculos del hombro, hasta la musculatura fina de los dedos pulgar e índice*. Por otra parte, la toma de objetos se realiza desde la parte interna de la mano hacia la punta de los dedos y desde el lado radial en dirección hacía el pulgar e índice, a medida que el desarrollo va avanzando.

    Movimientos exploratorio de los ojos y la cabeza, al igual que, agarre dirigido a un objeto, prensión y la deambulación son grandes  hitos en el desarrollo infantil. Cada uno involucra la función integrada de distintos módulos de procesamiento de acciones espaciales en la vía dorsal. El primer sistema de acción visual que se desarrolla está involucrado con el control de la mirada: saccades, movimientos de cabeza y búsqueda visual.

    Hacía los 4 meses se comienza a observar el desarrollo de la coordinación ojo-mano siendo una característica prominente del desarrollo en la  exploración visuomotora hasta alcanzados los dos años de edad. La coordinación óculomanual es la habilidad cognitiva que nos permite realizar tareas utilizando los ojos y las manos, es decir utilizamos la información que llega a nuestro cerebro a través de la visión para realizar actividades con nuestras manos. También, se define como coordinación óculo-motora y visomotriz. Alcanzar objetos y tirar objetos, como un pelota, son ejemplos de una tarea de coordinación oculomanual.

    Entendiendo la importancia de la integración visomotora

    El sentido de la vista es el encargado de proporcionar la mayor parte de la información que percibimos del mundo exterior, es decir, que la vía aferente de información de la que más dependemos, son los ojos. Éstos, además, deben realizar una serie de movimientos coordinados, para el desplazamiento, la fijación y el mantenimiento de la mirada, de este modo se logra la maduración del SNC; llegando a formar los procesos neuropsicológicos encargados del aprendizaje que van a tener lugar tanto dentro del ámbito escolar como fuera de él.

    El proceso de enseñanza-aprendizaje tiene lugar debido a los mecanismos básicos de aprendizaje, es decir, a las acciones neurofisiológicas que se crean en el SNC, como son la memoria a corto y largo plazo, habituación, motivación, sensopercepción y atención. Por tanto, las habilidades visomotoras son clave para el aprendizaje, es importante para el rendimiento académico, sobre todo de la escritura, ya sea de números o de letras.

    Entrenando la integración visomotora

    Ejemplo de actividades para estimular la integración visomotora:

    • Coser
    • Abrochar y desabrochar botones
    • Realizar pulseras
    • Dibujar y pintar
    • Puzles
    • Laberintos
    • Unir los puntos para crear el dibujo
    • Aprender rutinas de baile o yoga
    • Utilizar tijeras
    • Jugar a tenis
    • Guardar objetos ordenadamente en una caja
    • Tender la ropa

    Bibliografía

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