Según Rothi y Heilman (1997) la apraxia es un desorden neurológico de un movimiento propositivo aprendido que no se explica debido a déficits motores ni sensoriales. Es decir, es la pérdida de habilidad para realizar un movimiento o un gesto conocido, a pesar del deseo de realizarlas, que no se debe a ningún trastorno de movimiento, a falta de comprensión, de debilidad, ni deterioro cognitivo. Esta alteración resulta de la disfunción de los hemisferios cerebrales, en particular el lóbulo parietal, involucrado en la «vía qué» de la integración visomotora. Asimismo, puede ser síntoma de una diversidad de enfermedades o daño cerebral.   

Tipos de apraxia

 Existen distintas clasificaciones de apraxia. En primer lugar, Tolón explica que la habilidad de praxis (movimientos propósitivos) es resultante de la síntesis de los elementos sensitivos y sensoriales en el campo de acción del movimiento (zona parietal inferior) y que consiste en tres fases: ideación, plan motor y ejecución. Además añade que, se desarrolla primero la praxis gestual la cual consiste en adoptar posiciones corporales en relación al espacio mediante: la habilidad ideomotora (segmentación motriz, representación somatognósica, representación espacial y representación simbólica) y la habilidad ideatoria (todos los componentes de la habilidad ideomotora más la acomodación al objeto). Tras esto se desarrolla la praxis construccional, la capacidad de formar una unidad a partir de elementos constituyentes.

Para simplificar la apraxia es cuando mandamos una orden habitual a nuestro cuerpo, por ejemplo coger un vaso de agua, y no logramos ejecutar el movimiento controlado y fluido de siempre. En cambio, nos encontramos ante una problemática para medir el espacio entre la mano y el vaso, de realizar con precisión el posicionamiento del brazo, de la mano y de los dedos para agarrar el vaso y de incluso hacer movimientos que no corresponden a esa actividad.

Históricamente se han definido dos subtipos clave de apraxia: ideacional y ideomotora.

La apraxia ideacional o ideatoria siendo la que la persona sabe identificar un instrumento y para que se utiliza pero no consigue organizarse y realizar los pasos adecuadamente para lograrlo. En cambio en la apraxia ideomotora fallan los movimientos en el espacio y tiempo para lograr la actividad. Según Ardila y Rosselli (2007) la apraxias se pueden clasificar de la siguiente manera:

Clasificación de las apraxias (según Ardila & Rosselli, 2007)
Apraxias motoras Apraxias de las extremidades Bilaterales
Ideomotora
De las extremidades superiores
De la marcha
Ideacional
Unilaterales
Cinética
Simpática
Callosa
Apraxias de la cara Bucofacial (oral)
Ocular
Apraxias del lenguaje Del habla
Verbal
Apraxias axiales Troncopedal
Apraxias espaciales Construccional
Del vestirse

 

¿Qué conlleva?

La apraxia a nivel general conlleva grandes dificultades en realización de actividades básicas de la vida diaria como vestirse, ducharse, asearse. Además, es una problema asociado a daño cerebral que puede resultar muy frustrante. Por esto es esencial tratarla cuanto antes ya que algunas personas correrán el riesgo de dejar de hacer o evadir tareas. Es especialmente común que personas dejen de intentar comunicarse debido a las experiencias de fracaso en la comunicación a causa de las apraxias del habla.

Recomendaciones para la apraxia

Busca a un profesional adecuado cerca de ti, esto va depender del tipo de apraxia y de tus prioridades pero seguramente necesitarás contactar con un terapeuta ocupacional, fisioterapeuta y/o logopeda para que te haga unas recomendaciones individualizadas.

En nuestra página de recursos encontrarás actividades de estimulación cognitiva que pueden ayudar mientras tanto.  

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