Conocer las emociones y sus efectos en nuestro cuerpo puede ayudarnos a entendernos mejor. Pero sobre todo, nos ayuda a tener una mayor inteligencia emocional y más herramientas para cuidarnos. En Universo Neurodiverso sabemos lo importante que es el equilibrio emocional para la salud y hoy queremos compartir con vosotr@s las diferencias entre un cerebro cuando está contento y cuando está triste. 

Diferencias entre un Cerebro Contento y un Cerebro Triste

El cerebro es el gran encargado de mejorar nuestras perspectivas de supervivencia, siempre observando, calculando y aprendiendo. Funciona como un cableado propulsado por nuestras emociones. Estas emociones que experimentamos son consecuencia y también origen de una serie de cambios en nuestro cerebro. Gracias a la capacidad electro-química del cerebro, éste es capaz de promover unas sustancias e inhibir otras buscando el equilibrio de nuestro sistema de funcionamiento. Para cuidar de este equilibrio debemos tener en cuenta una serie de factores:

Los neurotransmisores juegan un papel fundamental en la modelación del cerebro. Son lo que permiten la neurotransmissión o sinápsis química. Es decir, la comunicación entre las principales células del cerebro que son las neuronas. Estás sustancias pueden tener efecto inhibitorio, excitatorio o de modulación sobre las células. De esta manera, se va regulando la sinapsis para una comunicación óptima.

 El GABA es un neurotransmisor fundamental en la inhibición de la sinapsis en cerebros adultos. Cuando estamos tristes hay más GABA presente en el cerebro dificultando la comunicación entre las neuronas. En cambio, cuando estamos alegres hay menos GABA y estamos nuestras neuronas se comunican más.

La Dopamina tiene muchas funciones a nivel cerebral y está ligada al sistema de recompensa por lo que interviene en la motivación y el placer.   En el cerebro contento encontramos mucha dopamina en cambio en el cerebro triste hay poca dopamina.

La Serotonina influye en casi todas las funciones cerebrales y regula el estado de alerta. Niveles bajos de serotonina dificultan el sueño y  produce ansiedad. En cambio, la producción de serotonina promueve un estado de tranquilidad y positividad.  

Noradrenalina está implicada directamente en el estado de alerta modulando la percepción de distintos estímulos. Durante el sueño los niveles de noradrenalina son casi nulos en cambio en vigilia aumentan. Cuando estamos tristes hay poca noradrenalina, estamos letárgicos

La Acetilcolina tiene un papel importante en la vigilia, la consciencia y la consolidación de la memoria

Detectando el cerebro triste o contento

Detectar cómo estamos puede resultar algo díficil. Ya que, sin querer a veces podemos pasar mucho tiempo sin escucharnos a nosotros mismos. Y como la práctica hace la perfección puede resultar complicado volver a sintonizar con nuestras emociones. Por ello, debemos ser conscientes de su efecto.

Un cerebro triste es aquel que tiene preocupaciones siempre está pensando en diversas cosas pero no concluye nada. La tristeza crea pensamientos vacios, lentos y erráticos. Pensamientos que no buscan soluciones sino que deambulan de lado a lado sin rumbo y llenos de inquietud. El cerebro triste se siente pequeño, cansado, invisible e incapaz. Ve el vaso y lo ve medio vacío, está cargado de negatividad y no es capaz de evocar recuerdos agradables. Por lo que va olvidando poco a poco.

Un cerebro contento es aquel que imagina, crea, busca alternativas y soluciones. Es un cerebro dispuesto a crecer, cambiar y aprender. Tiene pensamientos con principio y fin son estables y claros. Un cerebro feliz se siente grande, seguro, intocable, capaz de todo, despierto y vivo. Cuando mira el vaso lo ve medio lleno, observa abundancia y el lado positivo de todas las situaciones. Transforma y crea nuevos recuerdos.

Implicaciones del estado emocional en el cerebro

Un cerebro triste es menos rápido, funcional y activo. Está menos conectado y pierde capacidad comunicativa. A largo plazo puede reducir estructuras cerebrales como la corteza frontal, implicada en la toma de decisiones, y el hipocampo, especializada en la memoria.  En contraste, un cerebro contento está más conectado, es más rápido, funcional y activo. Pero siempre debemos entender que lo funcional consiste en tener un equilibrio entre ambas. La atención, la memoria y la capacidad de aprender son importantes 

Un cerebro muy lento que no se comunica y un cerebro muy rápido que se sobre comunica son igual de poco funcionales. Necesitamos que nuestro cerebro se comunique de forma eficaz por ello debemos buscar un equilibrio en nuestras emociones. 

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